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domingo, 19 de marzo de 2017

Satélites de alta capacidad realidad y futuro

Satélites de alta capacidad realidad y futuro



Las telecomunicaciones por satélite están sufriendo en los últimos meses (apenas unos años) una revolución, que tal vez esté pasando desapercibida. El boom de la tecnología 4G-LTE que proporcionará importantes velocidades en nuestros terminales móviles parece haber absorbido toda la información relevante
en lo que se refiere a Internet de alta velocidad, amén de la carrera enloquecida en la que se encuentran los grandes operadores de telecomunicaciones como Telefónica, Vodafone, Orange, etc., que compiten ya también en las conexiones fijas mediante fibra óptica.

El satélite está sufriendo una convulsión que, para los que nos encontramos inmersos en este mercado, no puede por menos que llenarnos de esperanza en un futuro y ya un presente verdaderamente sorprendente. ¿Qué es lo que es tan importante que está pasando desapercibido? Varias cosas.

Las multimillonarias inversiones en los despliegues de fibra óptica están permitiendo llevar a los hogares velocidades de 100 Mbit por segundo con una alta calidad. Los costes de los despliegues son importantes y conseguir grandes coberturas no es sencillo. Aún hoy día existen zonas urbanas y por supuesto suburbanos con ADSL de muy limitada capacidad. Algo similar ocurre con las coberturas de 4G (incluso las de 3G). Puedes tener cobertura en un lado de la calle y no en otro. En una sala del aeropuerto, y no en otra, y desde luego muy difícil, lejos de las áreas urbanas.

¿Y si fuésemos capaces de dar 100 Mbit por segundo, garantizando un 100% de cobertura en un país o en un continente? La segunda parte es fácil, la primera no tanto... todavía. Quizás sean necesarios unos meses o unos pocos años, pero no más.


Eutelsat ha situado hace 3 años un satélite llamado Ka-sat, con una capacidad aproximada de 90 Gbps. Un satélite convencional tiene una capacidad de 3 ó 4 Gbps. Esto significa que este satélite equivale a 30 satélites convencionales. La clave está en el uso de las bandas de frecuencia llamadas Ka, donde el espectro disponible es muy superior al disponible en las bandas comúnmente usadas Ku y C, además de la posibilidad de reuso de frecuencias al disponer de beam (onda de radio) más pequeños. Pero es que ya se comienza a hablar de satélites, que serán lanzados en los próximos 10 años, con capacidades superiores a los 500 Gbit por segundo. Es decir, un satélite equivalente a 200 satélites como los que hoy comúnmente ocupan la mayoría de las posiciones orbitales.

En el año 2001 comencé a ofrecer servicios de telecomunicaciones por satélite en una empresa española. Entonces, el equipo necesario en la casa del cliente (la antena parabólica y el correspondiente módem) costaban en torno a los 5000; y el servicio estrella en aquel momento 2 Mbit por segundo, superaba los 2000/mes. Hoy hablamos de equipos de cliente de 200, y servicios de 20 Mbit por segundo alrededor de los 29.

Algo está cambiando de forma importante. Es claro que el satélite no es rival para la fibra óptica. Pero, ¿qué ocurre en aquellos lugares en los que no hay ni habrá nunca fibra óptica? Seguramente, Europa no es un gran mercado para el satélite, pero, ¿qué ocurre con África, Asia o Latinoamérica?

Cuando viajas por África observas que la telefonía fija no ha llegado a desarrollarse en los hogares porque la telefonía móvil llegó con tal fuerza, que hizo que dejase de tener sentido llegar con un cable a los hogares. Entonces, ¿hay millones de hogares a los que no llega ni un solo par de cobre? Así es. Hogares y empresas a los que la única forma de ofrecer servicio es mediante tecnología inalámbrica, y ahí, el satélite juega un papel clave.

Sí, el 3G y el 4G también, pero aquí encontramos una nueva paradoja. ¿Cómo comunicamos las estaciones base de telefonía móvil en muchas ciudades? Instalar estaciones base de telefonía móvil en regiones remotas no es muy complejo, pero éstas han de estar conectadas a la red para terminar esas llamadas. El satélite es la mejor solución, sino la única.

Según la NSR (Northern Sky Research) más de 20 satélites HTS están ya en proceso de fabricación, con el fin de proporcionar estos servicios de alta calidad y velocidad en países emergentes en África, Asia y América. ¿Tiene hoy sentido ponerse a cablear estos continentes, si podemos ofrecer en cualquier punto 20, 30 o incluso más Mbit por segundo a corto y medio plazo? No lo sé. Es algo a lo que deberíamos dedicar, al menos, unos minutos de reflexión.

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